06 de Octubre, 2007
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Ciencias |
El comienzo de la era espacial |
El comienzo de la era espacial Hace cincuenta años, antes de que naciéramos muchos denosotros, el bip-bip-bip del Sputnik se dejó oír alrededor del mundo. Fue elsonido del asombro y del presagio. Ya nada sería lo mismo en geopolítica, enciencia y tecnología, en la vida cotidiana ni en las posibilidades de laespecie humana. La Unión Soviética había lanzado el primer ¦0¦,una nueva luna, el 4 de octubre de 1957. Trepando fuera de la gravedadterrestre, elevándose por encima de la atmósfera y volando en órbita, elSputnik cruzó el umbral hacia una nueva dimensión de la experiencia humana. Lagente podría verse ahora como pasajeros del espacio. Su movilidad, entoncesaumentada, podría demostrar ser tan liberadora como lo fueron los primerospasos sobre dos pies de los ancestros homínidos de hace mucho tiempo. Lareacción inmediata, sin embargo, reflejó las oscuras preocupaciones de un mundoque se hallaba en una guerra fría, un tiempo de miedo y división en el que losdos superpoderes, la Unión Soviética y los Estados Unidos, se observaban antela amenaza de la destrucción masiva. El Sputnik alteró la naturaleza y el alcancede la Guerra Fría. Fue un agente de alarma poco atractivo. Una simple esferaque pesaba sólo 92 kg y de no más de 60 cm de ancho, con una superficie dealuminio muy pulida. La mejor para reflejar la luz del sol y ser vista desde laTierra. Dos radiotransmisores con antenas emitían señales continuas enfrecuencias que los científicos y los radioaficionados podían captar y asíconfirmar el logro. Los rusos comprendieron claramente que el Sputnik era unaafirmación de su habilidad tecnológica, además de sus implicancias políticas.Pero ni ellos, según parece, previeron la frenética respuesta que su éxitoprovocaría. Cuando Nikita Krushchev recibió noticias del lanzamiento, él y suhijo Sergei encendieron la radio para escuchar el bip que producía el Sputnik.Se fueron a la cama, recuerda el hijo, sin darse cuenta de "la inmensidadde lo que estaba pasando". La prensa soviética apenas publicó un informede dos columnas sobre el acontecimiento. Pero los diarios occidentales,particularmente los de Estados Unidos, llenaron páginas y páginas con noticiasy análisis. La señal del Sputnik reverberaba a través de las habitaciones delos poderosos y en las calles. La gente escuchaba y desde los techos y patiosveía en la noche un punto de luz que se movía como una estrella errante. Lapregunta era "¿de qué serán capaces los rusos de acá en adelante?"."Ningún hecho desde Pearl Harbor produjo tanta repercusión en la vidapública", escribe Walter A. McDougall, historiador de la Universidad de Pensilvania.El Sputnik sumergió a los estadounidenses en una crisis de confianza. ¿Habíasido el país negligente con la prosperidad? ¿Era el sistema educativoinadecuado, especialmente en la preparación de científicos e ingenieros?¿Podían las instituciones de la democracia liberal competir con la sociedadcomunista autoritaria? En el momento del lanzamiento del Sputnik, John Kennedyera un joven senador por Massachusetts y no tenía ningún interés particular enel espacio. Yuri Gagarin era un desconocido piloto militar. John Glenn erapiloto de un cuerpo de la marina que había establecido un récord por el vueloen jet transcontinental más rápido de Los Angeles a Nueva York. Neil Armstrongestaba probando aviones de alto rendimiento en el desierto de California. Susvidas cambiarían pronto, al igual que las de los cientos de miles deingenieros, técnicos, trabajadores y gente común. Thomas J. O Malley, ingenieroaeronáutico de Nueva Jersey, se mudaría en pocos meses a una franja de tierraabandonada en Cabo Cañaveral, Florida, para dirigir las pruebas del aceleradodesarrollo del misil Atlas, que finalmente pondría a los astronautasestadounidenses en órbita. "Teníamos un objetivo -recordó recientemente-:lograr algo allá arriba lo más rápido posible." Christopher Kraft prontose encontró trabajando con una fuerza de tareas que planeaba la respuestanorteamericana al desafío. El se convertiría en el primer director de vuelo demisiones de astronautas, pero en un comienzo el ánimo de los ingenierosnorteamericanos estaba bajo. "Yo era el único ingeniero que estaba pasmadopor lo mucho que no sabía y lo mucho que tenía que aprender", dijo. Cuandolas noticias del Sputnik llegaron a Huntsville, Alabama, Wernher von Braunsintió una inquieta frustración. Braun, científico alemán que trabajaba para elejército norteamericano en la fabricación de cohetes, afirmó que este paíspodría haber vencido a los rusos en la carrera por tener en órbita un satélitesi no hubiera sido por las órdenes del Pentágono de resistir cualquier idea deagregar un pequeño satélite al misil Júpiter C, que él había estado probando.Fue a fines de enero de 1958 cuando los norteamericanos tuvieron éxito con elExplorer 1, puesto en órbita con una versión del Júpiter C de Braun. Pero elSputnik 2, mucho más grande, ya había puesto en órbita a la perra Laika, quefue la precursora de los vuelos espaciales con humanos. * Por John NobleWilford De The New York Times * * Traducción: María Elena Rey |
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publicado por
blogcomsocial03 a las 18:22 · 1 Comentario
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Comentarios (1) ·
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Sin dudas es el inicio de la carrera espacial y el avance de las tecnologías asociadas se aceleró de tal manera que aún hoy estamos disfrutando de los mismos. Como homenaje les dejo el video simulado con el beep original (explicación en inglés)de este memorable momento en este link: http://es.youtube.com/watch?v=MdSIuMWK4AgQue lo disfruten!!!
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◊ SOBRE MÍ |
Olga, Jorge, Mario
:):-):( :-( XD =P 8-):S : x >:-( (^_^) (¬_¬) Docentes de Primaria y Media, en Informática. Comprometidos con la Educación permanente y la educación no formal.
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