La PC va a desaparecer. ¿En serio? ¿Otra vez?
Lunes 3 de setiembre de 2007 | Publicado en la Edición impresaLa Nación
Cada tanto circula el rumor de que la computadora personal estáen vías de extinción. Es algo periódico, como los eclipses. Hace unos ocho añosla PC iba a desaparecer, desplazada por una generación de aparatos quepermitían usar el correo electrónico y ver páginas Web en el televisor.Recuerdo haber hablado con varios de estos convencidos detractores de lacomputadora personal. Decían que era complicada, difícil de usar y que, a finde cuentas, a la gente común lo único que le interesaba era ver la Web yusar el mail. Claro. El chat estaba todavía en sus inicios. No existían SecondLife, Flickr, YouTube ni MySpace. Pero iban a existir y por lo tanto demostróser una postura peligrosamente miope la de asumir la voz de la gente común .La PC siguió adelante y la Internet por TV fracasó de forma, digamos,lamentable. Parece mentira que más de un cuarto de siglo después de laaparición de la PC haya augures de ocasión que sigan sin ver lo que pasó el 12de agosto de 1981. Sobre todo porque lo que ocurrió ese día en el WaldorfAstoria de Nueva York cambió el mundo para siempre. 1867-1981 En agostode 1981 la humanidad entraba en las postrimerías del siglo XX. Existía ciertasensación de autocomplacencia, y no era para menos. Habíamos llegado a la Luna,le estábamos dando batalla al cáncer y hacíamos trasplantes exitosos. Había TVa color con control remoto infrarrojo, autos con caja automática, lavarropasprogramables y heladeras con freezer. Incluso había celulares, desde 1979.¡Teníamos todo lo que deseábamos! Pero, puertas adentro, en nuestras casas y enla mayoría de las oficinas no era 1981. Era 1867, el año en que se inventó lamáquina de escribir. Durante 114 años no había habido ningún avance fundamentalpara la gente común . Electrodomésticos al día, claro, pero daba laimpresión de que eso de procesar información no era para nosotros. El epígrafede esta foto pasma. Dice algo así: Si usted usa una persona común ,podrá programar el lavarropas y el televisor, pero no su agenda o sus finanzas.Ahora suena ridículo. Impensable. Pero hasta agosto de 1981 no teníamoscomputadora en la casa. Excepto por algunos conocedores y entusiastas queempezaban a experimentar con las Commodore, las Tandy y las primeras Apple, lacivilización se encaminaba hacia el siglo XXI, convencida de su modernidad,mientras que en nuestros hogares seguíamos viviendo a mediados del XIX. La PCiba a poner el almanaque humano en fecha, ubicando a la gente común enel siglo XX y preparándola para el XXI. La primera PC costaba, a valores dehoy, unos 3600 dólares, era la computadora más barata en la historia de IBM,aunque no precisamente una ganga, y la compañía esperaba vender unos 240.000equipos en cinco años. Alcanzó cómodamente esa cifra. En un mes.
Es mío, mío, mío Eso es lo que llamo un caso de miopía seria. El error de cálculofue de 60 veces. E IBM fue, de los grandes de la época, la que menos seequivocó, porque al menos entró en el incipiente mercado de las computadoraspersonales. Muchos otros despreciaron “esos juguetes de 8 bits” hasta que fuedemasiado tarde. Hace dos semanas HP anunció que las ganancias de su divisiónde computación personal crecieron un 29% respecto del mismo trimestre del añopasado. Las notebooks avanzaron un 54% y las máquinas de escritorio, 12%. Le vaterrible a la PC. Pero esto es anecdótico. Como escribí en ocasión de los 25años de la PC, se había producido un traspaso de poder semejante al queGutenberg nos había brindado con su invento en febrero de 1455. El genio deMaguncia nos otorgó el poder de leer. La computadora personal –del tipo quefuera; IBM, sin proponérselo, sólo acertó con el modelo de los clones– nosdaría el poder de procesar datos. Por cierto, la PC va a desaparecer algunavez. Pero no reemplazada por un dispositivo menos versátil (el celular) o menosergonómico (el celular y la computadora de mano). Cuando su reinado se extingaserá porque aparece algo que nos da más poder, no menos. El poder de la PC noproviene, como se suele creer, de que puede hacer muchas cosas, sino de quepuede hacer un número ilimitado de cosas, incluso aquellas que todavía noimaginamos. Por eso se dice que es una computadora de propósito general. Cuandoun dispositivo como el celular sea capaz de ofrecer la misma no limitadaversatilidad, entonces dejará de ser un celular y se convertirá en unacomputadora de propósito general. Si uno mira la historia de la civilizacióndescubre que cuando la gente común obtiene una cierta cantidad de podertécnico, ya no hay vuelta atrás. Cincuenta años después de la aparición de laimprenta de Gutenberg había nueve millones de libros en impresión en Europa.Por cierto, al ya libro le firmaron el acta de defunción varias veces: con lallegada del diario, de la radio, de la televisión, de la PC y de Internet. Yaquí está, vivito y coleando. La última Feria del Libro desbordaba. ¿Por qué?Porque fue un avance fenomenal, todavía no hay con qué reemplazarlo y, por lotanto, no vamos a renunciar a él. No es algo premeditado; es, más bien, unacosa innata, o instintiva. Las “personas comunes” no olvidamos que fue graciasa los avances técnicos que nos liberamos de la larga noche de la prehistoria.Fueron como 200.000 años. Aprendimos la lección. Hemos soportado toda clase deopresiones y trágicas marchas atrás culturales. Pero nunca, ni una vez, huboretrocesos técnicos. La radio también estuvo durante épocas enteras lista parala fosa. Nada. Hoy está mejor que nunca y ha hecho una fabulosa migración aInternet. ¿Realmente va a desaparecer la PC porque puedo ver un video en eliPhone? ¿Realmente una handheld convencerá a 2000 millones de personas demandar al altillo la PC? A mí no me convence.
Por Ariel Torres VideoanálisisLANACION.com